Nos siguen llegando fotos de la danza convertida en tradición. El tiempo se acaba y el dios Pochó está a punto de ser derrotado, las doncellas saldrán del trance en que se encuentran y los cojoes podrán ondear su bandera blanca en señal que han vencido al dios y lo han llevado al exilio en las caudalosas aguas del río Usumacinta.
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